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Dos motivos

Actualizado: 31 ene 2022

Las ideas vienen pero no todas son tan emocionantes. Me gustan las ideas por dos motivos, el primero por la idea en sí misma y la segunda por como puede ser contada. Una idea podría ser una pequeña porción de algo mucho más grande, por eso creo que el proceso trata más de encontrar un principio para dejar que todo lo demás suceda.


Hay métodos, modelos, planes, estrategias, caminos y otro sinfín de calificaciones para hablar de las formas que adoptamos al momento de tener un idea, o mejor dicho, una buena idea. Antes de pasar a las propias, que en realidad son de otros, es necesario dejar en claro un punto: no dejemos que nadie nos diga que una idea es mala. Todas las ideas son buenas hasta que se demuestre lo contrario.


“Pensar” en definición es formar ideas y representaciones de la realidad en la mente, relacionadas unas con otras. A veces es importante volver a las definiciones para entender mejor lo qué estamos haciendo. Formar ideas para mí es un ciclo de abstracción que debe resultar en una conversación con uno mismo.


Alguien dijo que todos los camino conducen a Roma, y tenía razón. Lo que quiero decir es que todos los planes son buenos cuando se trata de tener ideas, aunque vivamos forzados a creer en paradigmas y seguir modelos. La primera consideración que deberíamos tener es que nada está mal, mas cuando se trata de pensar. Pensar es un acto de libertad, por eso creo que las ideas no pueden tener bordes.


Tengo mis métodos para tener ideas buenas, digo y creo que son buenas porque pensar lo contrario sería ponerle un marco a un lienzo que todavía no compramos.


Dejemos en claro que nada puede o tiene que ser juzgado, considero este el primer atentado a la libertad creativa. Otro punto muy importante, o que al menos yo lo considero así, es trabajar para creer lo que creamos. Creer en lo que creamos. Quizá acá tiene más que ver el corazón que la cabeza, pero para empezar esta contienda creativa, tenemos que renovar la póliza con las emociones, los recuerdos y la experiencia.


Nada de lo que lea a continuación es verdad. Utilicemos este titular como ejemplo de inicio. Me gusta marcar un punto de partida, eso me permite entender dónde debo hacer el quiebre, pero nunca defino la meta. No tenemos que llegar a ningún lado. Sí, es obvio que cuando de creatividad se trata trabajamos con objetivos, con incentivos, pero estamos hablamos en el sentido más amplio de la actividad, el de tener ideas.


Hace un tiempo le puse un titular a mi vida, porque siempre publicista. Pero tiene que ver con un parámetro más que con un paradigma, aunque funcione muy bien como tal. “Todo mentira”, mi claim personal. Un breve acto de filosofía en el que decido creer cuando se trata de crear. La simplificación del inconformismo.


La duda, la queja, la investigación y la simplificación. un cuadrangular de características que resulta en un cocktail altamente inflamable. Es eso que estábamos buscando. Dudar de lo que entendemos como verdad, ser inconformistas, examinar todo y enamorarse de lo simple. A nadie le gusta las cosas difíciles.


Ese es mi “seteo” mental, algo que tal vez resulte incómodo, y de eso se trata todo esto.

Matias Read.


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